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por Mordakai » Mié, 24 May 2017, 13:10
Bueno, pues tras unos cuantos días en los que todavía no me he recuperado del todo, os paso a contar mi pequeña "crónica" del VR17:
El viaje comienza “ere break of day” como dirían los enanos de la compañía de Thorin, bastante antes de que rompa el día, el jueves a las cinco de la mañana. Tras unas buenas horas de tren desde Ferrol junto con Kata, llegamos a Madrid, nos juntamos con Bragg y nos ponemos en marcha hacia Vilareal, llegando sobre las seis y pico.
Saludos a los presentes, maletas, cartas, y nos vamos a disfrutar de la sorpresa del año, cena en el pueblo y… ¡concierto de Gigatrón!
Al día siguiente aprovechamos la mañana para echar alguna partida hasta la hora de comer. Serra y yo nos pegamos duramente en una partida amistosa en la que no hubo menos de 5 Khamulazos de esos de ocho cartas de los que te dejan la mano tiesa… Comida en el Termet y por la tarde, una vez llegó el resto de gente, empezamos el solo magos.
Yo llevaba una baraja pensada para jugar a dos barajas, pero no del todo lenta, así que decidí no comerme la cabeza y jugarla en vez de crear otra. La idea básica es una compañía estilo Trancos-Beorn-Elrohir por un lado, y por otro crear una con el Mago, otro pino y un masilla, y con eso ir a por objetos y facciones… con tan mala suerte que hasta la tercera partida no me di cuenta de que solo llevaba una facción. Así me fue, que en la primera me duplicaron, claro… El mazo tiene una sorpresa bonita cuando juegas partidas un poco más largas, que solo pude hacerle parcialmente a Manu (en la segunda partida, creo), así que me guardaré el secreto no vaya a jugarla el año que viene… ¡qué cojones! La idea es sacar objetos y facciones, y que cada compañía vaya jugando durante la partida un broche y unas legiones oscuras, para el último turno irte a Sarn Goriwing / Ciénagas de los Muertos / Puerta de los Trasgos (ojo Baduila) / Moria (ojo neveras) y jugar dos Torres Arrasadas, una con cada compañía… bonito ¿no? Evidentemente no fue del todo bien (sólo una torre en una de las partidas), pero tampoco me quedaba atrás en puntos, ya que por lo demás es un mazo muy clásico, más tirando a ocultamientos que a golpes arriesgados, pero clásico al fin y al cabo.
Por la noche echamos el sellado de Minion (perdón, ¡¡Roins!!). Mazos no demasiado malos y un palantir de Minas Tirith me llevaron a ganar las tres partidas, la primera contra Alty por abandono, y las otras dos… joder, no lo recuerdo… pero el caso es que me salieron bastante bien, permitiéndome hacerme con el cartón de ganador del sellado Roins.
Para el sábado decidí hacerme un mazo de Balrog (lo tenéis en la sección de mazos), pero eso sí, evitando todas aquellas guarrerías que no me gustan del susodicho y que hacen que todo el mundo lo odie, como eso de ir metiendo quecos desde el sideboard o la chetada de la Gran Sombra. Iba con Llama de Udûn a invadir una fortaleza enana y con una compañía de orcos y trolls a sacar el Grán Ejército del Norte, básicamente, con Gangways para corretear por abajo y tormentas de nieve para frenar al otro. El resumen de las partidas fue más o menos este:
Primera partida contra Miqui: Jugador nuevo (para mí), llevaba un mazo de enanos con anillos enanos. Sin pegas, pensé, vamos a ir metiendo el Río Abajo Hasta el Mar… ¡coño! No lo había metido en el sideboard, que gran cagada… Logré pararle más o menos bien con las tormentas, y que no sacase ninguna facción. En el concilio se le corrompió uno de los dos enanos con anillo enano, y eso le dejó bastante reducido de puntos. Finalmente un 5-1 para mí.
Segunda partida contra Mados, que llevaba un mazo de héroes moviéndose por las inmediaciones de Rohan, con Puertas, Gallos, objetos mayores y el Árbol Blanco. Esta partida fue un auténtico reto para los dos, ya que no solo fue larga, sino que además evolucionó un par de veces según íbamos metiendo maldades desde el sideboard. Nos frenamos bastante los dos (¡y eso que no conseguí tirarle ni una sola tormenta!), obligándonos a cambiar un poco las bases de nuestros mazos. Mis trolls acabaron correteando por el Brezal Marchito para sacar la Piedra del Arca porque las profundidades estaban plagadas de pulpos fosforescentes… Finalmente gané la partida por 4-2 después de desesperarme por no tener la Llamada Repentina en la mano a pesar de haber dado la vuelta al mazo… pocos puntos nos quedaban ya en el mazo o en el sideboard por jugar, fue algo así como 40-36, no lo recuerdo exactamente.
Tercera partida contra Alex Bosquet (que llevaba un Eriador Exprés): Mazo peligroso contra mí como pocos, ya que el mío no es excesivamente rápido. Mis tormentas le frenaron relativamente bien (siempre se me escapaba alguna compañía), pero el problema es que, a pesar de las tormentas, las cartas las robaba igual aunque no se moviese, así que el mazo le siguió fluyendo con tranquilidad, dando una primera vuelta en su turno tres, cuando yo todavía tenía el Balrog de camino a hacer sus maldades. Pero si algo bueno tiene el Eriador Expreés para el contrario es que no tiene demasiados puntos, así que no podía convocarme todavía. Fui comiéndole terreno cada turno hasta que avisaron de que igualásemos turnos. Sin siquiera contar puntos ni nada decidimos dejarlo ahí y no jugar una última ronda de dos turnos (entre cuatro compañías con breves descansos y dos compañías con Gangways, los turnos son un poco largos, todo sea dicho). En el momento de contar, 24 para Alex y 23 para mí, dándole a él la victoria por 4-2.
Cuarta partida contra Germán y su Alatar Renegado de zurrar a todos los bichos: Aquí ya no nos valía el 4-2 ni el 5-1 a ninguno de los dos (ni nos hubiese valido el 6-0 tampoco, en realidad, pero no lo sabíamos todavía), así que fuimos un poco más “insensatos” con nuestros personajes, tratando de coger algo de ventaja rápido, pero la verdad es que fuimos muy parejos toda la partida. Él se movía por Eriador y alrededores mientras yo le tiraba tormentas, pero sin demasiada efectividad, ya que reciclaba con tesón los crepúsculos para que no le jodiese el juego. Finalmente me convocó y tras el recuento le gané sólo porque no había podido poner en mesa el Gran Patrón, y eso le privó de tres o cuatro puntos de personaje. Le gané yo por uno o dos puntos, no lo recuerdo bien, haciendo un 4-2 para mí.
El campeonato, por si alguien no lo sabe todavía, lo ganó Alty con 21 puntos (tres petadas de anillo) y un cerro de pegatinas de todas las neveras que le cayeron pegadas en el gorro.
Y por la noche… ¡Drinking!
Primera partida contra Kodi: 3 latas. Intenté pegarle duro a base de -1, pero me aguantó bien el tirón. En mi último turno me jugó una tormenta de nieve que me hizo rebotar a la compañía que iba a por una facción y con la otra decidí no jugar nada para no cargar más de corrupción a Legolas (llevaba 5), pero al final dio lo mismo porque falló el chequeo. Eso cambió totalmente el resultado, pasando de ganar alrededor de 4-2 a perder 1-5. Mal comienzo, mucha birra malgastada.
Segunda partida contra Manu: 3 latas. Ya al principio me dijo “hey, no me hagas beber mucho, que yo voy en plan tranqui”. Qué jodío, no veas lo que bebí con su “tranqui”… jajaja. No recuerdo mucho la partida, salvo que acabé ganando 4-2 y bastante perjudicado.
Tercera partida contra Bragg: 4 latas. Esta partida tuvo “un breve descanso” en el que tuve que levantarme a tomar un poco el aire en el balcón… ya me entendéis. A la vuelta apenas pude mantener la atención en lo que hacía, luchando contra Bragg y contra mí mismo, pero al final logré rascarle una victoria por 4-2. Tras tres partidas, mucho esfuerzo y 10 cervezas, 9 puntos me pareció poca recompensa, porque quedé bien lejos del ganador, Sorry… snif.
Y el domingo… pues como que tuve que darme mus del sellado de por la mañana, porque entre el Soplo Negro que tenía en las entrañas y el Aliento de Dragón que me corroía, además de un Hedor de Mordor de origen desconocido, preferí descansar un poco más, y cuando me levanté el torneo ya estaba empezado desde hacía un buen rato.
Y eso fue todo. Luego paellita, entrega de premios y el largo viaje de vuelta a casa, primero en coche hasta Madrid (ojo, que con tanta charla entre Bragg y yo hemos encontrado una maldad explotable que igual sacamos a pasear el año que viene, no digo más) y luego toda la noche en tren hasta casita (gracias por los vídeos de la BSO de las pelis de SdlA, Manu, estuve bastante entretenido). Ahora toca recoger todo, deshacer mazos y ordenar cartas de nuevo, para dejarlo todo listo para el año que viene (Llinars, muy a mi pesar, tendrá que esperar, el trabajo no me lo permite).
Como siempre, muchas gracias a los Jordis por su hospitalidad para acogernos y magnífica organización de todo. Muchas gracias a los que vinisteis, fue un placer veros a todos, y espero que nos volvamos a cruzar el año que viene en el décimo aniversario de la Quedada. ¡¡Nos vemos!!